domingo, 3 de noviembre de 2013

LAS TARÁNTULAS NO PUEDEN TEJER TELARAÑAS



Contrariamente a la mayoría de las arañas, la tarántula no teje telarañas a pesar de que está en capacidad de producir seda; ella usa la seda para forrar su madriguera y proteger sus huevos. La tarántula caza la comida buscándola o haciendo emboscadas y agarra las presas con sus fuertes mandíbulas. Después de estabilizar a la presa, la tarántula le inyecta un veneno paralizante antes de consumirla.
Las tarántulas también emplean tácticas particulares de defensa cuando son confrontadas con sus enemigos naturales. El veneno de la tarántula puede paralizar pequeños atacantes, pero rara vez causa síntomas severos en los seres humanos.  La tarántula también emplea el uso del pelo urticante que tiene a lo largo de su cuerpo. Ese pelo causa irritación en los ojos y la piel. Los seres humanos que manipulan tarántulas a menudo experimentan urticarias y rasquiña excesiva. Si una tarántula es amenazada, utiliza sus patas para lanzar ese pelo a su agresor.
Estos grandes arácnidos prefieren vivir en áreas asiladas y no frecuentadas. Crean madrigueras para ellas mismas y algunas veces las forran con seda. Las tarántulas son conocidas por llenar sus madrigueras con detritus encontrados.

viernes, 1 de noviembre de 2013

¿SABÍAS QUE LOS PECES TAMBIÉN PUEDEN PADECER DE SED?




Aunque parezca increíble, esto es cierto; todos los peces marinos pueden tener sed debido a un desequilibrio entre las sales de su cuerpo, y para quitarse la sed deben tomar agua al igual que cualquier ser vivo.

Suena raro pero es verdad. Los peces también sufren de sed y deben tomar agua. Y si no lo hicieran, se podrían deshidratar. Eso no es todo, porque los que viven en el mar tienen un problema: la gran cantidad de sal que contiene éste. Pero gracias a su complejo organismo, los peces tienen la capacidad de eliminar el exceso de sal que puedan ingerir.

Así, también el cuerpo de los peces está formado por una gran parte de agua, que componen un conjunto de sustancias orgánicas disueltas en los líquidos de su cuerpo. Y cuando las sales del mar y de los peces se ponen en contacto, los peces filtran el agua y la sal a través de las branquias, el órgano con el que respiran, y se quedan con el oxígeno y el agua.

Esto quiere decir que para que los peces puedan ingerir agua los niveles de sal en el agua deben ser estables, porque si aumentan, su cuerpo no lo puede digerir lo suficiente, lo que les impide beber agua y morirían de sed.